Importancia del filtro azul de las gafas

Importancia del filtro azul de las gafas

En la era digital actual, pasamos una cantidad significativa de tiempo frente a pantallas de dispositivos electrónicos como ordenadores, tabletas y teléfonos móviles. Esta exposición prolongada ha generado preocupaciones sobre los posibles efectos de la luz azul emitida por estas pantallas en nuestra salud ocular y general. Como respuesta, han surgido en el mercado gafas con filtros de luz azul, promocionadas como una solución para mitigar la fatiga visual, mejorar la calidad del sueño y proteger la retina. Pero, ¿qué tan efectivas son realmente estas gafas?​

¿Qué es la luz azul?

filtro azul de las gafas

La luz azul es una fracción del espectro de luz visible con longitudes de onda que oscilan entre 380 y 495 nanómetros. Se caracteriza por tener longitudes de onda más cortas y mayor energía en comparación con otros colores como el rojo o el verde. La principal fuente de luz azul es el sol; sin embargo, también estamos expuestos a ella a través de fuentes artificiales como lámparas LED, fluorescentes y pantallas de dispositivos electrónicos.​

Las promesas de las gafas con filtro de luz azul

Las gafas con filtro de luz azul se han promocionado con diversas afirmaciones, entre las que destacan:​

  • Reducción de la fatiga visual: se sostiene que al bloquear la luz azul, estas gafas pueden disminuir el cansancio ocular asociado al uso prolongado de pantallas.​
  • Protección de la retina: se argumenta que filtrar la luz azul puede prevenir daños en la retina y reducir el riesgo de enfermedades oculares como la degeneración macular.​
  • Mejora de la calidad del sueño: se afirma que al reducir la exposición a la luz azul, especialmente en horas nocturnas, se puede favorecer la producción de melatonina y, por ende, mejorar el sueño.​

Evidencia científica actual

A pesar de la popularidad de estas gafas, la evidencia científica que respalda sus supuestos beneficios es limitada y, en algunos casos, inexistente:​

  • Fatiga visual: un estudio publicado en la revista Cochrane Database of Systematic Reviews analizó 17 ensayos controlados aleatorizados y concluyó que el uso de lentes con filtro de luz azul probablemente no tiene ventajas significativas en la reducción de la fatiga ocular asociada al uso de ordenadores, en comparación con lentes sin dicho filtro. ​
  • Protección de la retina: no existen pruebas concluyentes que demuestren que la luz azul emitida por dispositivos electrónicos cause daños en la retina humana. La Sociedad Española de Oftalmología ha señalado que la evidencia científica actual no respalda la idea de que la luz azul sea perjudicial para el ojo ni que los filtros azules sean beneficiosos para prevenir daños
  • Calidad del sueño: aunque la luz azul puede influir en los ritmos circadianos y la producción de melatonina, la efectividad de las gafas con filtro azul para mejorar la calidad del sueño no está respaldada por evidencia sólida. Se recomienda, en cambio, reducir el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir para minimizar la exposición a la luz azul. ​

Recomendaciones prácticas

gafas filtro azul

Dado que la eficacia de las gafas con filtro de luz azul no está claramente demostrada, es importante considerar otras estrategias para cuidar la salud ocular:​

  • Regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar durante 20 segundos a un objeto situado a 6 metros (20 pies) de distancia. Esta práctica ayuda a reducir la fatiga ocular. ​
  • Parpadeo consciente: asegurarse de parpadear regularmente para mantener los ojos lubricados y prevenir la sequedad ocular.​
  • Ajuste de pantallas: regular el brillo y contraste de las pantallas, y mantener una distancia adecuada entre los ojos y el dispositivo.​
  • Iluminación ambiental: trabajar en ambientes bien iluminados para reducir el esfuerzo ocular.​

Aunque las gafas con filtro de luz azul se han popularizado como una solución para diversos problemas asociados al uso de pantallas, la evidencia científica actual no respalda de manera contundente sus supuestos beneficios. Es esencial basar nuestras decisiones en información verificada y considerar prácticas alternativas y comprobadas para proteger nuestra salud ocular en el entorno digital.